Saber protegerse

PROTEGERSE EN LA MONTAÑA

En las montañas, tanto en verano como en invierno, el sol es imprescindible para que las vacaciones sean un éxito.

El esquí, el trekking, la caminata nórdica, el ciclismo, el alpinismo y el golf son deportes que se pueden practicar durante horas. La exposición prolongada o repetida a los efectos nocivos de los rayos UV a grandes altitudes puede presentar un verdadero riesgo para la salud.

Rayos ultravioletas: ¡agresores invisibles!

Los rayos UV son invisibles y no calientan. Las quemaduras de sol son quemaduras graves que se producen sin ninguna sensación inmediata de calor, especialmente con el viento y el frescor de la altitud. En las montañas, varios factores amplifican los efectos daños de los rayos UV en la piel:

• La altitud: En verano, el índice UV, que alcanza 7-8 en la costa, aumenta de 10% cada 1000 metros de altitud. De hecho, a partir de una altitud de 1000 metros, la protección natural relativa de la capa de ozono contra los rayos del sol sigue disminuyendo bruscamente.
• La reverberación: En las montañas, la reverberación es uno de tus principales enemigos. La nieve fresca refleja los rayos UV y casi duplica la exposición a los rayos UV, el césped y el agua reflejan aproximadamente el 10% de la radiación UV.
• La falta de sensación de calor: Con la altitud, la sensación de calor es menos fuerte y la presencia de nubes puede ser engañosa.

Las nubes esfumadas pueden aún aumentar la intensidad de los rayos UV dispersándolos

Es importante saber que los rayos UV pasan a través de las nubes. Un cielo nublado deja pasar más del 90% de los rayos UV. Incluso en los días nublados, tienes que pensar en tu protección de manera eficaz.